Hace unas semanas salió a la luz la noticia de que el científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo había comenzado a desarrollar una supuesta vacuna contra el coronavirus covid-19, Patarroyo adelantó que la vacuna se llamaría Colsarsprot, avisando que todos los datos relacionados saldrían en futura una publicación científica. Patarroyo además explicó que la vacuna en la que su equipo está trabajando “está por encima de las variaciones y mutaciones genéticas que pueda tener el virus”, ya que las proteínas del biológico “han sido sintetizadas químicamente, con el fin de que generen anticuerpos para todos”.
Estas palabras prendieron las alarmas de animalistas, ambientalistas y de la ciudadanía en general, pues los precedentes de Patarroyo en el desarrollo de su prometida vacuna contra la malaria han sido nefastos para la población de monos nocturnos del Amazonas, y como es bien sabido, tras años de investigaciones y de miles millones de pesos de los contribuyentes invertidos, la vacuna contra la malaria de Patarroyo ha sido considerada un fracaso.
Una vacuna fallida
Los resultados que publicó en 1996 la revista británica The Lancet fueron contundentes acerca de la vacuna de Patarroyo. Durante un ensayo en el que participaron más de 1200 niños tailandeses, que fueron vacunados con la vacuna SPf66, se determinó que en la población inoculada no se presentó menor incidencia de la enfermedad, que en el grupo control, al que se inmunizó contra la hepatitis B. Tampoco se observó ninguna reducción de los primeros síntomas de los casos graves de malaria. Según los investigadors "Este estudio no proporciona pruebas de que la SPf66 es efectiva contra la malaria causada por Plasmodium falciparum", y "en el contexto de los resultados negativos mostrados en el ensayo de Gambia y la dudosa eficacia mostrada en el de Tanzania, no parece que haya ninguna justificación para seguir realizando estudios con esta vacuna".
Estudio demostró el tráfico de monos nocturnos.
Ángela Maldonado, primatóloga colombiana y PhD en Conservación de la Universidad de Oxford Brookes, ha venido denunciando el tráfico ilegal de monos en el Amazonas; sus hallazgos en más de 20 años de trabajo en la zona, reportan altos niveles de tráfico de monos nocturnos (Aotus nancymaae, A. vociferans y A. nigriceps) en el área tri-fronteriza Brasil–Colombia–Perú para el mercado de investigación biomédica en malaria, una labor que fue premiada por la National Geographic. En su momento, la primatóloga interpuso una acción popular para que el científico modificara sus prácticas de investigación.
Ángela Maldonado
El Consejo de Estado le dio en un primer momento la razón a Maldonado, por lo tanto a Patarroyo le quedó prohibido cazar la especie 'Aotus nancymae' para sus investigaciones de malaria. Pero en 2015, la sección Cuarta del Consejo de Estado falló a favor de Patarroyo, odenando a Corpoamazonia, como autoridad ambiental local, verificar si la Fundacion Instituto de Inmunologia cumple con las exigencias y condiciones impuestas por la ley para que, de ser así, se le regresen los permisos correspondientes. Desde entonces, debido a las denuncias hechas contra Patarroyo, Ángela Maldonado ha sufrido campañas de difamación, persecuciones, e incluso amenazas de muerte, sin que hasta ahora hayan capturas por esta situación.
El derecho de petición a Corpoamazonía
Ante el anuncio en medios del desarrollo una vacuna contra el Covid-19; la Plataforma Colombiana por los Animales -ALTO-, radicó un derecho de Petición preguntando a la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Sur de la Amazonía ( Corpoamazonía) preguntando si la Fundacion Instituto de Inmunologia FIDIC, cuyo representante legal es el señor Manuel Elkin Patarroyo, tiene permisos vigentes para la captura de animales para el desarrollo de una vacuna para la malaria y las condiciones de dicho permiso, así mismo se indagó si tiene permisos para la captura de animales para la investigación de una vacuna para el nuevo coronavirus Covid-19. Como se puede observar en las documentos escaneados, la respuesta a la segunda pregunta fue negativa, quedando un halo de duda sobre las intenciones de Patarryo y sus palabras en medios. Sin embargo, otra es la historia con respecto a los permisos para su supuesta vacuna contra la malaria.
Respuesta al Derecho de Petición
Con respecto a la primera pregunta, la respuesta es lamentable para los esfuerzos de conservación de la fauna del amazonas. Mediante Resolución 0366 de 02/04/2020 Corpoamazonía otorgó al Señor Manuel Elkin patarroyo, representante legal de la FIDIC, un permiso de recolección individual de especimenes silvestres con fines no comerciales para el desarrollo del proyecto "Recoleccion no comercial de especímenes silvestres de monos del género Aotus de las especies A. Vociferans y A. nancymae presentes en el trapecio amazónico (...)". De acuerdo con la información presentada por Patarroyo, las actividades de enmarcan en el desarrollo de pruebas antimaláricas con Plasmoidum falciparum y Plasmoniun vivax. Dicho permiso le permite el acceso a la recolección de 1200 ejemplares, limitando las cuotas anuales de captura a un máximo de 400 individuos por año durante 3 años de vigencia
Hasta 400 monos🐵al año puede capturar el señor Patarroyo para su supuesta vacuna contra la malaria, según respuesta de Corpoamazonía. #UnaChambonadaEs que le sigan entregando permisos a este señor para acabar con nuestra fauna 😠😠 pic.twitter.com/tj6bmiM0tS
— Plataforma ALTO (@PlataformaALTO) August 20, 2021
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Ante esta situación nos sugen varios interrogantes: Por qué razón Corporamazonía sigue beneficiando a un particular que se ha dedicado durante años a depredar la fauna de la Amazonía, en un desarrollo que ha afectado a miles de monos, que ha fomentado la deforestación, el tráfico de especies silvestres, y supuesto la pérdida miles de millones de pesos en impuestos, que bien podrían haberse usado para mejorar en algo exiguo presupuesto para ciencia que hay en nuestro país; todo sin que hasta ahora exista algún resultado positivo. Por otra parte nos preguntamos cuál ha sido el papel real del Ministerio del Medio Ambiente y de los organismos de control, hasta el momento presentados como simples convidados de piedra frente a la enorme afectación de la amazonia, en esta y otras tantas denuncias.