En Colombia, miles de gallinas ponedoras son confinadas de por vida en pequeñas jaulas metálicas del tamaño de una hoja de papel, un espacio tan reducido que les impide realizar cualquier comportamiento natural. Estas condiciones extremas las condenan a desarrollar graves enfermedades y a sufrir durante toda su existencia. Los llamados 'sistemas de jaulas en batería' no solo representan un problema ético, sino también un reflejo de prácticas industriales obsoletas que priorizan la productividad sobre el bienestar animal.

Diversos estudios científicos han documentado las múltiples afectaciones que padecen las gallinas en estos sistemas crueles. A continuación, se detallan algunas de las principales consecuencias de este confinamiento:

Debilitamiento óseo y enfermedades graves: La falta de ejercicio, derivada de la imposibilidad de moverse libremente, provoca que los huesos de las gallinas se debiliten progresivamente. Esto las hace propensas a fracturas y a enfermedades como la osteoporosis, que generan un dolor crónico y reducen significativamente su calidad de vida.

Imposibilidad de comportamientos naturales: Las gallinas no pueden estirar sus alas, caminar ni bañarse en polvo, actividades esenciales para su bienestar físico y mental. Estos baños, por ejemplo, les permiten mantener su plumaje limpio y librarse de parásitos, algo que el hacinamiento en jaulas les niega por completo.

Riesgo de enfermedades zoonóticas: El hacinamiento extremo en las jaulas de batería aumenta la transmisión de enfermedades zoonóticas, que pueden pasar de las aves a los humanos. La falta de ventilación y la acumulación de desechos en estos espacios cerrados crean un ambiente insalubre que pone en peligro tanto a las gallinas como a la salud pública.

Estrés crónico y sistema inmunológico comprometido: Las gallinas enjauladas viven bajo condiciones de miedo y estrés constante debido al confinamiento y la falta de estímulos. Este estado emocional deteriora su respuesta inmunológica, haciéndolas más vulnerables a infecciones y reduciendo su esperanza de vida de manera drástica.

Ausencia de descanso y anidación: En la naturaleza, las gallinas buscan perchas para descansar y nidos para poner sus huevos, comportamientos que les proporcionan seguridad y confort. En las jaulas de batería, estas necesidades básicas son ignoradas, forzándolas a dormir y poner huevos en el mismo suelo metálico donde se acumulan sus excrementos, lo que agrava su sufrimiento.

a cruda realidad es que las jaulas de batería convierten a las gallinas en meras máquinas de producción, despojándolas de su capacidad de vivir dignamente. Estas aves, que son seres sintientes con necesidades físicas y sociales, pasan sus días sin acceso a luz natural, aire fresco o espacio suficiente para siquiera girar su cuerpo. Este sistema no solo es cruel, sino también insostenible en un mundo que demanda prácticas más éticas y responsables.

En la Plataforma Colombiana por los Animales -ALTO, estamos comprometidos con poner fin a estas prácticas inhumanas. Trabajamos en iniciativas para que los 'sistemas de producción de huevos' basados en las baterías de jaulas sean cosa del pasado en Colombia. En colaboración con la senadora @esmehernandezsi , estamos desarrollando el texto de un proyecto de ley que busca proteger a las gallinas ponedoras de esta industria despiadada. Este esfuerzo legislativo pretende establecer estándares más altos de bienestar animal, promoviendo alternativas como los sistemas libres de jaulas, donde las gallinas puedan vivir en condiciones más naturales y saludables. La lucha por el bienestar de las gallinas es también una lucha por una sociedad más justa y consciente. Cada paso hacia la eliminación de las jaulas de batería es una victoria para estas aves y un avance hacia un modelo de producción que respete la vida. Te invitamos a sumarte a esta causa para que, juntos, transformemos la realidad de miles de gallinas en Colombia